Vivimos
en un mundo que se caracteriza por el cambio permanente, la escuela debe
adaptarse a ello, repensarse a si misma ¿Qué es lo importante? ¿Cómo llegar a
ello? ¿Cuáles son los desafíos a asumir? Lo cierto es que todas estas preguntas
requieren una respuesta del conjunto, y los siguientes párrafos pueden
ayudarnos a reflexionar.
Educar: estrategia y contenido
En los últimos meses
se han discutido los cambios que una reforma educativa significa; no obstante,
la discusión es y será siempre respecto a un planteamiento fundamental: ¿qué se
enseña en la escuela?
En la escuela se ha
privilegiado la enseñanza de contenidos, soslayando que los alumnos aprendan estrategias
para convivir, solucionar problemas, entablar relaciones satisfactorias y
cuidar su cuerpo y su entorno.
El desarrollo de
habilidades cognitivas es resultado del uso de estrategias de enseñanza, más no
del contenido que se aborde. Por ello es preciso que el educador reflexione
sobre sus estrategias de enseñanza considerando, fundamentalmente:
a) las pautas de
selección de sus estrategias,
b) el propósito o la
intención de éstas, y
c) el aprendizaje que
logran los alumnos con ellas.
En este análisis será
importante que el educador identifique las estructuras textuales del discurso
oral y escrito que emplea; la perspectiva desde la cual organiza y aborda el
discurso, los aspectos que resalta de éste, y las pautas de interacción que
promueve con y entre los alumnos.
Desde esta
perspectiva, lo que se enseña en la escuela debe ser pertinente para los
alumnos de distintas culturas, pues incluso es un derecho fundamental. En este
sentido, el educador debe ser sensible a las características de sus alumnos y a
lo que ellos le pueden aportar. Es decir, la escuela debe impartir, además de
contenidos curriculares, aquellos presentes en el entorno educativo inmediato;
por tanto, es momento de reconocer que las grandes desigualdades entre los
seres humanos de este país son resultado del menosprecio hacia las distintas
formas de pensar y de vivir de culturas milenarias, que por cierto podrían
enseñarnos a entender y vivir una relación distinta con nosotros mismos y con
nuestro entorno natural.
El educador necesita
recapacitar respecto a la oportunidad que le brinda participar de la
experiencia educativa de otros seres humanos que tal como él esperan vivir y
disfrutar a plenitud su encuentro. Es indispensable comprender que las nuevas
generaciones enfrentan disyuntivas en las cuales la propia sociedad las ha
colocado; por ello, la escuela debe enseñarles a tomar mejores decisiones,
puesto que las de generaciones anteriores no han sido las adecuadas. Así, el
reto es darles la posibilidad de desarrollar habilidades que les permitan
encontrar soluciones a los problemas que han heredado, y participar en acciones
conjuntas para superar los logros que como sociedad hemos tenido.
Impulsar estrategias destinadas
a lograr el aprendizaje de nuestros alumnos requiere que cada día nos
preguntemos como docentes: ¿qué se enseña en la escuela? Finalmente, es momento
de reflexionar sobre nuestro compromiso con las nuevas generaciones.
Autora
Angélica Irene
Hernández GonzálezSubdirectora técnico-pedagógica de Educación Comunitaria.
Postulante a doctora en psicología y académica de la UNAM y la UPN.
En: Alas para
2 comentarios:
Yo vi una película que se llamaba karate kid en el que el profesor decìa"no existen malos alumnos,sólo malos maestros" me pregunto si eso es verdad,pq para mí es relativo
Te desafio a resolver este PROBLEMA matemático
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