miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un especialista analizo el nuevo rol del preceptor en la escuela secundaria actual

¿Cuál es el rol del preceptor? ¿Docente o administrativo? Comenzó siendo “un vigilante”, pero los hechos dejaron atrás esa visión ¿Debe convertirse en un tutor? ¿Es necesario institucionalizar sus aportes a la convivencia en la escuela? El siguiente reportaje aborda esos temas,

¿Cuál es el rol del preceptor? ¿Docente o administrativo? Comenzó siendo “un vigilante”, pero los hechos dejaron atrás esa visión ¿Debe convertirse en un tutor? ¿Es necesario institucionalizar sus aportes a la convivencia en la escuela? El siguiente reportaje aborda esos temas,
¿Cuál es el rol del preceptor? ¿Docente o administrativo? Comenzó siendo “un vigilante”, pero los hechos dejaron atrás esa visión ¿Debe convertirse en un tutor? ¿Es necesario institucionalizar sus aportes a la convivencia en la escuela? El siguiente reportaje aborda esos temas,
¿Cuál es el rol del preceptor? ¿Administrativo o docente? Comenzó siendo "un vigilante", pero los tiempos dejaron atrás esa visión ¿Es necesario institucionalizar sus aportes a la convivencia escolar? El siguiente reportaje trata el tema.





- El coordinador del Programa Nacional de Convivencia escolar del Ministerio de Educación de la Nación, Fernando Onetto, disertó sobre “la renovación del rol del preceptor que exige la nueva escuela secundaria y el problema de la socialización de los jóvenes hoy”, destinado a preceptores
• Dijo que la calidad de la escuela se evidencia “en la calidad de ciudadanos que estamos entregando a la sociedad”
El especialista desarrolló su tema en el marco de la apertura del segundo cuatrimestre del Postítulo: “Especialización Superior en resolución pacífica de conflictos y convivencia educativa”

• El eje de su disertación
La “calidad socializadora de la escuela secundaria” fue el eje de su disertación destinada a preceptores de la provincia. Según explicó “la idea es darle el marco teórico a este nuevo planteo de la renovación del rol del preceptor que exige una nueva escuela secundaria”.

Para el licenciado, parte del problema que tiene hoy la escuela secundaria es “la socialización de los jóvenes, sobre todo porque las prácticas tradicionales de socialización no son efectivas”. En su visión “hay una gran fragmentación de valores y creencias, entre las familias, que impide a la escuela apoyar, en un consenso adulto, los conceptos de norma, autoridad o límite”. En interrogante es, entonces, “cómo en esa discordancia, en esas contradicciones, podemos tener una propuesta socializadora de la escuela que sea de buena calidad”.

Según Onetto “cuando se habla de la calidad de la escuela se piensa nada más en la nota que sacan en la prueba del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), pero en realidad se trata de la calidad de ciudadanos que estamos sacando, por decirlo de alguna forma, entregando a la sociedad”. Y en eso, “los preceptores también están involucrados”, precisó.

La propuesta es “experimentar, hacer que estos chicos primero se integren, acepten que la sociedad en un espacio regulado, no vacío, de normas que hay que aceptar, y después que se conviertan en actores, en agentes de los grupos sociales a los que pertenecen, que no sean simplemente objetos pasivos utilizados por otro, o pertenecientes a liderazgos que los aplastan”.

En definitiva, “socializarlos es integrarlos en una historia, que ya empezó hace mucho, y ofrecerles una experiencia de vida con continuidad. Ellos tienen hoy una experiencia de vida fragmentada, viven el momento, aislados entre sí, entonces tenemos un adolescente en busca de sentido”.

• El trabajo de las escuelas
Para Onetto “no se pueden bajar modelos únicos” de acción a las escuelas debido a las diferencias que existen entre unas y otras. Considera necesario, por tanto, “ver cuáles son los recursos que hay en cada institución y no se trata de recursos materiales, que van a ayudar, sino de recursos cognitivos, emocionales, de capacidad de escuchar, de interacción con los otros, de construir consensos, de aceptar críticas, es decir, lo intangible de la escuela, lo que está en la mente de las personas”.
Según propuso, “las intervenciones tienen que ser muy contextualizadas, captando cuáles son las posibilidades de cada escuela, y después dejando la decisión de esas innovaciones o experimentaciones sobre el lugar en el que ponemos al adolescente hoy en la escuela, a los actores que están en el territorio, es decir directivos, docentes”. Puesto que “ya está comprobado que lo que sirve es lo que está bien agarrado a cada situación”.

• Transversalidad
Tanto el problema de la socialización, como las temáticas de mediación y resolución pacífica de conflictos “no pueden ser una materia aislada de 45 minutos por semana, si no que deben ser trabajo institucional”, sostuvo Onetto.
Reconoció que “lo difícil de esto es que la transversalidad se convierta en una excusa para que nadie se haga responsable de aquello de lo que todos somos responsables”.
Por eso, entendió que “hay que precisar esa transversalidad, crear equipos interdisciplinarios concretos, con proyectos concretos, con impactos esperados concretos. Tenemos que tener control de lo que estamos haciendo, medir también, porque queremos que haya menos ausentismo, menos repitencia, que los chicos formen un centro de estudiantes, tengan una forma razonable de hacer peticiones”.
En síntesis, “tienen que estar identificados los actores responsables, porque si no la transversalidad, y está probado en todo el mundo, se convierte en todos y nadie”.


• Perfil del disertante
Fernando Onetto es Licenciado en Filosofía (Universidad del Salvador) y en Teología (Universidad Católica Argentina) y cuenta con un Posgrado en Educación y Gestión Educativa de la Universidad de San Andrés.
Fue docente de educación secundaria de gestión pública y privada. En su paso por la función pública, fue coordinador de Proyectos y prestó Asesoramiento Técnico en la Dirección de Capacitación, Perfeccionamiento y Actualización Docente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También fue jefe de asesores de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
Tuvo a su cargo la Dirección Técnica del Programa de Renovación de Normas de Convivencia en 1057 escuelas de la provincia de Buenos Aires en el año 1999-2003
y actualmente es coordinador del Programa Nacional de Convivencia Escolar del Ministerio de Educación de la Nación. (APF.Digital)

Fuente
AFP Agencia digital de noticias

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