Los medios audiovisuales, en especial la televisión, forman parte de la vida cotidiana. Su presencia es continua, configura la cultura, y define los sentidos de los términos que regulan la convivencia social. Entre muchas otras, nuestra idea de lo que es “justo” es fijada por acciones televisivas. Los medios definen sobre los temas que tenemos que ocuparnos y, por lo tanto, los que ocultamos.
Por otra parte, “alfabetización” no significa un conocimiento rudimentario, sino más bien implica uno profundo, que permite una plena interacción social. Una persona alfabetizada es capaz de comprender el sentido de las palabras y los elementos que están en juego en un determinado momento.
Por otra parte, el “sentido común” que prevalece en las comunidades, no surge del fondo de la “naturaleza humana”, sino es fruto de una construcción que se lleva a cabo, muchas veces deliberadamente, usando los medios de comunicación. Ese “sentido común” es el que entre otras cosas, configura la idea de propiedad vigente, y con ello como se deben distribuir los bienes, tanto materiales como culturales.
Los medios, a través de actividades que manipulan las emociones, manejan una verdadera “pedagogía cultural”, que claramente se opone a la que tradicionalmente propuso la escuela. Ciertamente las propagandas comerciales, con su sofisticada tecnología, tratan de lograr beneficios económicos particulares, y no se preocupa del bienestar común. La programación de los canales televisivos comerciales, está claramente destinada a la afectividad de los usuarios, los noticieros abundan en detalles truculentos, de la misma manera los “realitys” y las ficciones, todo apunta a las emociones, no a la parte intelectual humana.
La efectividad de esa “pedagogía cultural” es evidente, hasta logró que pareciera natural, como “parte de la época”, y debe ser aceptada sin poner reparos, pero ¿La escuela debe permanecer inmutable? ¿No es necesario dar a las personas las herramientas que le permitan “manejar” y no “ser manejados” por los medios?
La alfabetización audiovisual crítica es un proceso educativo mediante el cual se otorga a las personas las herramientas necesarias para manejar con conciencia la información y la cultura. La escuela, que desde siempre se manejó con una “cultura de los libros”, que se adquiere por medio de escritos, debe ahora
ocuparse ahora también de los nuevos lenguajes y medios tecnológicos.
La realidad posmoderna acentúa esta necesidad, la imposición de sentidos se hace cada vez menos con acciones sobre el cuerpo humano, va quedando atrás y son repudiadas las acciones como el encarcelamiento, la tortura y la muerte de los que piensan distinto y atentan contra privilegios consagrados. No se puede saber por cuanto tiempo durará esta tendencia, pero mientras tanto, la lucha contra la opresión se dará en el campo de la cultura, y para que podamos mejorar la calidad de la
democracia, es necesario que las mayorías estén alfabetizadas.