domingo, 22 de abril de 2012

Comprender la alfabetización digital

En la provincia se lanzó “con bombos y platillos” las “Escuelas Digitales”, donde se pretende que los alumnos usen esta herramienta novedosa. Es cierto que las nuevas tecnologías dominan nuestro horizonte, cabe preguntarnos ¿Estamos preparados para su uso? ¿Ayudarán a la construcción de una mejor convivencia? ¿O aumentarán los desequilibrios? Se habla de la necesidad de “Alfabetización digital”, “Educación en medios”, “Educación en Comunicación” y otros más ¿A qué se refieren? ¿En qué se diferencian? Los siguientes párrafos abordan el tema.



Alfabetización digital y términos semejantes
“Alfabetización digital” es un concepto repetido en casi todos los estudios y planes de acción relacionados con la sociedad de la información y del conocimiento. El contexto argumentativo en que suele aparecer esta expresión es el siguiente:

a) El desarrollo de la sociedad de la información se basa en las tecnologías de la información y la comunicación y, en consecuencia, el despliegue acelerado de éstas es esencial si se pretende que una sociedad determinada asuma una posición competitiva en el presente y futuro. Véase cómo este argumento es presentado en un documento oficial de la ONU:

“Las TIC son un importante factor que propicia el crecimiento, ya que mejoran la eficacia e incrementan la productividad, especialmente en las pequeñas y medianas empresas (PYME). Por esta razón, el desarrollo de la Sociedad de la Información es importante para lograr un crecimiento económico general en las economías desarrolladas y en desarrollo. Se deben fomentar la mejora de la productividad por medio de las TIC y la aplicación de la innovación en todos los sectores económicos” Declaración de principios de la cumbre mundial sobre sociedad de la información, Ginebra, 2003

b) Para conseguir esta implantación se requieren ciertos requisitos tales como inversiones públicas, despliegue de infraestructura, desarrollos tecnológicos, etc. Pero entre ellos destaca la capacidad de las personas para asumir tales tecnologías. En este sentido, a esta capacidad y al proceso de su enseñanza es lo que se denomina “alfabetización digital”.

Pero ¿a qué llamamos con precisión “alfabetización digital”? Para obtener una respuesta precisa, conviene hacer una previa reflexión terminológica.

Con un sentido parecido aunque con matices diversos, se emplean expresiones diferentes: “alfabetización informativa”, “alfabetización en tecnologías de la información y la comunicación (TIC)”, “alfabetización en medios”, “alfabetización en redes”, “educación en medios”, “educación en comunicación” y otros. Sería muy extenso discutir aquí el significado de cada uno de estos términos. Por eso nos centraremos sólo en los aspectos esenciales.

El concepto más amplio de todos los empleados es, sin duda, el de “educación en comunicación”. Se subraya en él, por un lado, una dimensión educativa y, por otro, la comunicación. Este último resulta ser un concepto muy amplio que puede referirse a cualquier tipo de comunicación – mediada tecnológicamente o no – y que no implica específicamente la singularidad de las tecnologías de nuestra época (las que podemos designar con el nombre de TIC o tecnologías digitales).

Menos general es “educación en medios”. Mantiene la dimensión educativa que ya estaba presente en la anterior definición, pero precisa más: se refiere, concretamente, a los medios de comunicación, considerando dentro de ellos tanto los medios tradicionales (prensa, radio, televisión, etc.) como los más recientes (Internet, móviles de segunda y tercera generación, etc.).

En ambos casos, la mención que se hace a una dimensión educativa es muy general, sin el matiz específico que encontraremos en otras expresiones que, como veremos a continuación, sí incluyen el concepto “alfabetización”.

El término “alfabetización digital”, por su parte, pone énfasis en dos aspectos, uno educativo y otro tecnológico. En el aspecto educativo, “alfabetización” es más preciso y específico que la sola palabra “educación”: utiliza – entendemos que de un modo metafórico - la referencia al concepto de “alfabetización” (lecto-escritura), señalando así tanto la importancia del proceso de aprendizaje de lo digital – tan importante como la alfabetización clásica - como su carácter de lenguaje: se trata de aprender habilidades relacionadas con el dominio de un determinado lenguaje. “Digital”, por su parte, nos acerca al núcleo básico de las TIC: su carácter informático y binario. Así pues, en resumen, “Alfabetización digital” es una expresión que sugiere que las capacidades que se requieren para el uso de las nuevas tecnologías son semejantes, en algún aspecto, a las que se requieren en la lectura y la escritura. Al mismo tiempo, destaca con rotundidad la importancia que concede a los nuevos desarrollos de TIC (dejando, tal vez, en segundo plano los medios de comunicación clásicos).

Ambas cuestiones, sin embargo, presentan algunos problemas. La comparación entre el proceso de alfabetización de lecto-escritura y el de alfabetización tecnológica se halla apenas intuida en el concepto, y su aceptación precisa requiere mucha más profundidad y análisis.

Pese a su especificidad y validez general cabe hacer una reserva al concepto de alfabetización digital y es que no presta, tal vez, la atención adecuada al hecho de que en la actualidad las TIC dominantes en el panorama social no son sólo de naturaleza digital. Es evidente que en la sociedad de la información la vida cotidiana no está sólo ocupada por las tecnologías informáticas ya que los medios clásicos, especialmente la televisión, siguen teniendo una importancia crucial.

Es cierto que se han intentado usar términos alternativos: “alfabetización informática”, “alfabetización mediática”, etc. Pero todos ellos, sin dejar de presentar problemas parecidos a los que hemos comentado a propósito de las expresiones más usuales, no han logrado la extensión de los precedentes.

Elegir, pues, una terminología u otra significa, sin duda, señalar y poner énfasis en alguno de los componentes del proceso que se intenta describir con el riesgo consiguiente de colocar otros en segundo plano. Sin embargo, una cosa es cierta, casi ninguno de los términos que podemos elegir podrá revelar por sí mismo la complejidad y la profundidad de los procesos que intentamos describir ni las competencias necesarias para actuar en la sociedad del conocimiento. En este sentido, la utilización preferente de un término no dejará de tener siempre un cierto carácter convencional y estratégico.

Por tanto, parece útil salir de las cuestiones terminológicas para entrar en la cuestión central. Si se aspira a adquirir una visión completa del fenómeno que se quiere describir, lo necesario y provechoso sería intentar contar con un modelo conceptual amplio que explicite las competencias y saberes necesarios en la sociedad del conocimiento.

Este modelo permitirá avanzar en una comprensión más profunda de lo que es la alfabetización digital, de la educación en medios y del proceso complejo que quieren describir expresiones parecidas.





Extraído de
Comprender la alfabetización digital
José Manuel Pérez Tornero
Gabinete de Comunicación y Educación
Universidad Autónoma de Barcelona

sábado, 7 de abril de 2012

Debemos buscarle una solución al ausentismo docente

La frase corresponde al Ministro de Educación de la Nación, que se refiere al problema como ”algo no nuevo”, reconociendo ineficacia de los controles. Se refirió a la “excesiva tolerancia social ante las ausencias de docentes y alumnos”, proponiendo una mayor participación de las familias en la escuela.
El tema del ausentismo debe ser tratado en un marco de políticas de concertación, en el de la cuestión docente, que incluye y supera la problemática salarial, aunque en la provincia el gobierno rechaza el diálogo, y hace anuncios mediáticos sesgados ¿Qué se busca al afirmar que hay 15000 ausentes? ¿Procura mejorar? ¿O estimula la confrontación de la sociedad con sus docentes?
También el ministro nacional se expresó sobre la evaluación docente, que debe ser otro tema a concertar, siempre con la meta de mejorar el sistema. A continuación una transcripción de las declaraciones del ministro de la Nación.




El ministerio de Educación Alberto Sileoni afirmó que uno de los desafíos de su gestión es encarar el problema del ausentismo docente junto a sus pares provinciales, para lo cual se estudian algunas estrategias como una mayor presencia del Estado en el otorgamiento de licencias médicas y el ordenamiento de las normas sobre reemplazos de maestros.

"En la última reunión del Consejo Federal de Educación hemos presentado este problema ya que es una cuestión que nos preocupa y que hoy podemos discutirla porque tenemos un verdadero sistema educativo en expansión, después de haber reparado las injusticias que existían", dijo Sileoni en una entrevista con Télam.

En esta línea, opinó que aunque no hay un aumento de horas libres por semana en las escuelas, hay que "trabajar para reducirlas".

El ministro identificó que algunos temas a dialogar con sus pares provinciales para darle solución al problema del ausentismo es una "una mayor presencia del Estado en el otorgamiento de licencias médicas".

Otro de los temas a analizar es la disparidad de las normas de algunos sistemas educativos provinciales. Y puso como ejemplo que en algunos casos la jurisdicción reemplaza con un maestro suplente a los tres días de ausencia del titular, mientras que en otras el reemplazo se produce cada 15 días.

Sileoni aseguró que el problema del ausentismo docente "no ocurre sólo en la Argentina", aunque consideró que hay "una excesiva tolerancia social tanto para el docente como para los alumnos", por lo que llamó a las familias "a involucrarse más para acompañar y enfrentar estos problemas".

También se refirió al diálogo necesario con los docentes que son "fundamentales para el desarrollo de algunos temas como los programas de jornada extendida en las escuelas primarias que ya abarca a un 6 ó un 7% de los establecimientos".

En ese sentido, el titular de la cartera educativa nacional destacó "la necesidad de exponer a los chicos a una mayor cantidad de horas de clases", para lo cual uno de los objetivos de este año será implementar las jornadas extendidas como variante de la jornada completa.

Sileoni aseguró que con este programa "tenemos que llegar a más chicos, sobre todo en aquellas escuelas que tienen población de alumnos vulnerables".

El ministro anunció que a mediados de este año "volveremos a participar de los operativos internacionales de evaluación PISA para alumnos de escuelas medias" y consideró que el rendimiento de los alumnos "mejoró en el 2009 con respecto al 2006".

"Se vio claramente cómo algunos alumnos en Lengua o en Ciencias Sociales y Naturales pasaron de un rendimiento bajo a un rendimiento medio", pese a que algunas informaciones quisieron "presentar los resultados de las pruebas como algo negativo", resaltó Sileoni.

El ministro atribuyó este mejoramiento a que los alumnos "forman parte de familias que tienen más trabajo, a la existencia de la Asignación Universal por Hijo, a la gran cantidad de libros distribuidos en todo el país y a las netbooks del Programa Conectar-Igualdad.

"Todo esto naturalmente tenía que mejorar los rendimientos en los operativos de evaluación", dijo el ministro.

También mencionó como un objetivo a alcanzar la implementación de evaluaciones para los docentes para lo cual "hay que discutir en cada una de las provincias: ellas son las que tienen que tomar la decisión y ya hay varias que estarían dispuestas a hacerlas".

"Tiene que discutirse la evaluación no con un objetivo de establecer un ranking ni grillas salariales", y en este aspecto explicó que "hay que tener claro cuál es el sentido de esa evaluación; no es para descalificar sino para colaborar con los gremios, seguramente será un proceso muy largo, en algunos países lleva varios años, pero el Estado no debe sancionar al docente sino brindarle instancias de capacitación".

miércoles, 4 de abril de 2012

Los argentinos dedican más horas a la TV que al trabajo


La noticia viene de un diario, el de mayor circulación en Argentina, parte de un pool que incluye el canal con más audiencia. Se refiere a la penetración lograda por la televisión, y sus previsiones para minimizar el avance de Internet. ¿Cuánto tiempo ocupa? Cada vez es más necesaria la alfabetización audiovisual en las escuelas, para poder manejar la televisión, y que no nos maneje.



La tele resiste a la revolución de Internet. Esa caja otrora tildada de “boba” y cada vez más parecida por sus dimensiones a un papel que a un cubo, mantiene la atención intacta. Pareciera que no hay soporte del siglo XXI que pueda combatirla y que para eso habrá que esperar alguna otra genialidad. Con sus mejoras tecnológicas, su capacidad de adaptación (HD, 3D y conexión a la Web) y su amplia oferta de canales, la tele es capaz de lograr que, todavía, el público pase horas como hipnotizado por su atracción audiovisual. Así las cosas, los argentinos le siguen dando mucho de su tiempo: según estadísticas privadas, le entregan la cuarta parte del día, seis horas diarias, como una religión.

Es casi el doble de la media a nivel mundial que, según la consultora Deloitte, es de 3 horas, 12 minutos.

“En la Argentina, ningún otro medio ni actividad está por encima del consumo televisivo. En cantidad de horas semanales (42), es incluso mayor que la cantidad de horas de trabajo de un asalariado en un empleo de ocho horas diarias (40 semanales)”, dice el informe, elaborado por el Consejo Latinoamericano de Publicidad en TV Paga (LAMAC), en base a información de la consultora Ibope, la empresa que se encarga de medir el rating y el consumo televisivo en el país.

De acuerdo con el informe, la televisión sigue siendo el medio de comunicación elegido por la mayoría de la gente.

En la pregunta sobre actividades diarias, el tópico “Ver TV” ocupa el 37% de la torta, detrás de “Comer, trabajar y comprar” (54%) y por delante de “Escuchar radio” (5%), “Navegar en la web” (2%) y “Leer” (2%).

“El tiempo en horas de consumo televisivo diario siempre ha sido muy alto en la Argentina, mucho más que en otros mercados del mundo; aunque es un fenómeno general de América Latina. Los resultados (del informe) van a contramano del prejuicio generalizado de que a partir de las nuevas plataformas tecnológicas, el consumo de televisión cae. El consumo no está retrocediendo en cantidad de horas: todos los años vemos un poquito más”, explicó a Clarín Valeria Beola, gerente de LAMAC Argentina.

Según confirma Beola, al menos desde el año 2005, se detecta este nivel de consumo televisivo, que fue variando entre cinco y seis horas cada año. El tiempo dedicado por las personas a ver TV, en día promedio, aumentó justamente en lo que va de 2011 un 2% respecto del promedio de 2010 y llegó así a las seis horas diarias.

“Hace muchos años que ya se hablaba de cinco horas de consumo diario. Desde la época de la masificación del cable, a principios de los ‘90”, sostiene Beola. Sin embargo, un consultor que prefirió hablar off the record , con experiencia en el mercado televisivo, explica a este diario: “El rango habitual de consumo de televisión en el mundo se ubica entre las 3 y 4 horas promedio diarias. Seis parece una barbaridad, es un número muy alto. La TV de aire viene bajando desde 2004 hasta acá año a año. Y el cable crece un poco, pero no alcanza a compensar: Entonces la TV en general baja”.

El informe también refleja el crecimiento de la TV paga: específicamente hablando de TV paga, el incremento entre 2010 y este año fue del doble, es decir un 4%, alcanzando poco más de tres horas de “visionado” promedio diario.

El informe también da cuenta que escuchar radio apenas consume el 4% del tiempo: menos de una hora por día. A pesar de lo que se cree, los números que reflejan el tiempo ocupado por los argentinos consultados en usar Internet y leer diarios y revistas sorprende: 1% en cada caso, es decir, unos 25 minutos por día.

“Se contrapone con el prejuicio de que se cree que todo el mundo está conectado a Internet”, aclara Beola. “El 99% de los argentinos tiene televisión y apenas la mitad, conexión a la Web. La tendencia de conexión a Internet, de todos modos, va en alza”, detalla.

Claro que la TV no se ha quedado quieta mientras el tsunami de Internet crece y acecha por los cuatro costados. En estos años, al crecimiento de cantidad de canales se agregaron la emisión de señal en alta definición (el famoso HD) y digital. Conforme a este cambio también aparecen aparatos modernos como los LCD y LED, que ya transmiten en 3D y ofrecen conexión a Internet. “Se han ido agregando servicios que mejoran la imagen y el sonido, y además podés interactuar: grabar, detener la imagen y más. La experiencia televisiva en sí se vuelve más interesante”, dice Beola.

Por eso, pese al empuje de los nuevos y modernos medios online, la televisión seguirá siendo el medio de comunicación con más “convocatoria” entre los usuarios en lo que queda del año. Según estimaciones de la empresa de investigación de mercados Deloitte, el consumo televisivo mundial tenía previsto aumentar en 140.000 millones de horas a lo largo de 2011. Además, el negocio de las grandes cadenas de TV del mundo proyecta crecer 10 mil millones de dólares.

Fuente 
Clarín de Buenos Aires
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