domingo, 25 de octubre de 2009

Los salarios docentes en la provincia

Publico a continuación un trabajo detallado, extenso y serio, sobre la situación salarial de los docentes en la República Argentina, de la que corresponde inferir la de nuestra provincia San Luis.

El documento fue elaborado fuera de la provincia, es una comparación entre las distintas jurisdicciones, y, para que sirva de referencia, un dólar estadounidense equivale a $3,38 pesos argentinos.

Insisto en el hecho que NO fue realizado en la provincia, ya que de haberlo hecho hubiésemos puesto mayor énfasis en la situación de los docentes que trabajan en zonas más desfavorables, donde la comparación resulta más dramática.

Todo esto se encuentra en un marco ya descripto en http://www.desafios.edusanluis.com.ar/2009/09/presupuesto-2010-san-luis.html, y se difunde por todos los medios que en el 2010 no va a haber reajustes salariales. Obviamente se trata de una provocación de parte del gobierno provincial, y los docentes no podemos hacernos cargo de las consecuencias.

Los dejo con el documento, que habla por si sólo:

INFORME_9-7_JULIO_09

viernes, 16 de octubre de 2009

LOS ERRADICADORES DEL ANALFABETISMO

Publico un artículo de Rosa María Torres (*) sobre el analfabetismo, y me permito hacer un simple agregado. Al referirse a las causas que originan el analfabetismo, creo que la encontraremos en la “propiedad privada”, pero no vista como una dicotomía propiedad pública – propiedad privada, que es levantada por algunos, en su afán de agitar fantasmas, sino como un continuo. Entre propiedad pública y propiedad privada hay infinitas situaciones intermedias, que limitan el uso privado de las propiedades, y en cierta manera, las ponen al servicio de todos, los impuestos y otros gravámenes son una forma de limitar la propiedad privada, y en definitiva, una propiedad privada con pocas regulaciones y limitaciones, genera en los desposeídos la posibilidad de aparición del analfabetismo. Transcribo a continuación el artículo

Este artículo fue publicado en el Ecuador en 1990 e internacionalmente en 1992 y en varias reimpresiones posteriores. Han pasado casi dos décadas desde que lo escribí. Parecía en aquel momento que la tradicional ideología y nomenclatura asociadas a la “erradicación del analfabetismo” – que varios especialistas en todo el mundo coincidíamos en cuestionar - habían empezado a ceder. No obstante, pese a toda la experiencia y el conocimiento acumulados a lo largo de estas décadas, la “erradicación del analfabetismo” sigue viva como meta y se reactiva una y otra vez como ideología en nuestros países, junto con los muchos y viejos prejuicios vinculados al analfabetismo, y la reiteración de visiones estrechas y soluciones inmediatistas en torno a la problemática.


A propósito del 8 de septiembre, Día Internacional de la Alfabetización, un funcionario de la UNESCO entrevistado por una radio extranjera, con el inconfundible tono compungido y solemne que se acostumbra en estos casos, decía que es preciso "erradicar la llaga lacerante del analfabetismo", facilitando a toda persona "el paso de la penumbra a la claridad" que es como, según aclaró, la UNESCO concibe a la alfabetización. Mientras le escuchaba, imaginaba a amigos míos que trabajan en la UNESCO escuchando el programa y agarrándose la cabeza con las dos manos...

El mentado funcionario no está solo en el mundo. Por el contrario, es fiel vocero de la vieja ideología retardataria asociada al analfabetismo, expresada en esta terminología grotesca que habla de erradicaciones, penumbras, llagas y lacras, y que puede escucharse en todas partes, sin distinción de nacionalidad, raza, posición social, cargo, edad, género, ideología, partido político, profesión. En idénticos términos se expresan en efecto gobernantes, políticos, maestros, ministros, periodistas, amas de casa, legisladores, sindicalistas, escritores, abogados, burócratas, funcionarios nacionales e internacionales, investigadores, estudiantes: todo el mundo.

Las Constituciones Políticas de los países hablan indefectiblemente de "erradicar el analfabetismo", igual que leyes y reglamentos de educación, idearios y plataformas de acción de los partidos políticos, planes de gobierno, proyectos y decretos de los Ministerios de Educación, planes internacionales, etc. No hay campaña, programa o plan de alfabetización que no se plantee como objetivo la "erradicación del analfabetismo". Y, sin embargo, hasta hoy ninguna campaña, programa o país en el mundo logró este objetivo, sencillamente porque el analfabetismo es inerradicable. Inerradicable, porque no se trata de un mal a extirpar, sino de un problema social a superar. Inerradicable porque no puede resolverse aisladamente, sino en el marco de profundas transformaciones educativas, socio-económicas y políticas.

La expresión "erradicar el analfabetismo" ha llegado a convertirse en una fórmula fija, inseparable, automatizada: erradicar se aplica a analfabetismo de la misma manera que perpetrar a crimen o izar a bandera. En tanto automatizada, ya no se piensa. Porque si se pensara, se advertiría fácilmente que el verbo erradicar no cabe en este caso, como no cabe en general para otros tantos problemas sociales a los cuales también suele aplicarse: erradicar la delincuencia, erradicar la pobreza, erradicar la injusticia, etc.

"Erradicar", dice el diccionario, es "arrancar de raíz", "extirpar". Erradicar supone una acción externa de alguien que erradica. Para que algo pueda erradicarse necesita tener autonomía, existencia propia, no depender de otros factores que incidan en su reproducción. Y éste, obviamente, no es el caso del analfabetismo, o de la pobreza, o de la injusticia, o de la delincuencia, todos ellos productos y cimientos de un sistema social que genera y reproduce estas situaciones. Para eliminarlos, por lo tanto, es preciso cambiar a la sociedad misma.

Sin embargo, es así como concibe al analfabetismo la ideología erradicadora: como si se tratara de un tumor maligno que hay que extirpar de un cuerpo sano. Con lo cual - y siguiendo la propia lógica patológica de esta ideología- se oculta el hecho de que es el cuerpo mismo el que está enfermo. De hecho, los propios erradicadores vuelven a enfrentarse una y otra vez a la falacia de su argumentación, entrampados en un círculo vicioso de nunca acabar. Porque superar el analfabetismo implica no extirpaciones quirúrgicas, sino decisión política y medidas concretas conducentes a superar de una vez por todas las condiciones que lo hacen posible.

Aquello de la oposición entre penumbra y claridad está en total sintonía con la erradicación. Los erradicadores se esmeran en calificar al analfabetismo con profusión de sustantivos, adjetivos y símiles, empeñados en contrastar analfabetismo y alfabetización en torno a oposiciones del tipo ignorancia/sabiduría, incultura/cultura, mal/bien, oscuridad/luz, ceguera/visión, esclavitud/libertad, barbarie/civilización, subdesarrollo/desarrollo, atraso/progreso, etc. Falsas y esquemáticas antinomias todas ellas que, menos mal, han venido ya siendo superadas gracias al avance de la ciencia sobre el prejuicio. De la misma manera que algún día la humanidad afirmó que los indios y las mujeres no tenían alma y hoy podemos reírnos de ello, hoy podemos ya reírnos de aquellos que siguen pensando que los analfabetos, por el solo hecho de serlo, son personas ignorantes, carentes de cultura, necesitadas de civilización.

Ya sabemos, afortunadamente, que ser analfabeto no es ser ignorante y que se puede ser ignorante siendo alfabeto; que quien no sabe leer ni escribir no por ello vive en la penumbra; que una de las diferencias significativas entre el ser humano y el animal es la capacidad de comunicación, y que la forma primera y fundamental de comunicación es el lenguaje oral, manejado tanto por el analfabeto como por el alfabeto; que el lenguaje escrito es apenas una de las formas de comunicación, y ciertamente no la más importante ni necesariamente la superior; que el lenguaje escrito es una herramienta útil, pero que por sí solo no cambia la vida de las personas al punto de transportarlas "de la penumbra a la claridad". Ya sabemos, afortunadamente, que las formas del lenguaje no son accidentales, que siempre expresan algo. Y que lo que esta terminología vinculada al analfabetismo lleva consigo es un ocultamiento de la verdadera naturaleza de la problemática, sus causas y remedios.

Ya es hora de que tomemos conciencia y cuestionemos las voces de los erradicadores, las ideologías de los iluminadores, los lamentos de los curanderos de llagas y lacras. Todo ello solo ha contribuido a perpetuar la idealización del lenguaje escrito, las actitudes negativas hacia las personas analfabetas y la distorsión de esta problemática, mal oculta bajo el disfraz de una fraseología que tiene poco de científica y mucho de prejuiciada. Erradiquemos a los erradicadores y a los portadores de antorchas, y empezaremos por fin a encarar en serio, sin ideologías discriminadoras ni falsos dogmas, la superación de esta vieja problemática.


(*) Lingüista, pedagoga y activista social con vasta experiencia en las áreas de la enseñanza, la investigación y la asesoría. Actualmente trabaja desde su propio instituto - http://www.fronesis.org y es Secretaria Regional para América Latina y el Caribe de la World Culture Open (WCO).
En Ecuador, fue Directora Pedagógica de la Campaña Nacional de Alfabetización “Monseñor Leonidas Proaño” (1988-2000) y Ministra de Educación y Cultura (2003), designada por el Movimiento Plurinacional Pachakutik. En Nicaragua (1981-1986) trabajó como consejera en el Viceministerio de Educación de Adultos y luego como coordinadora del Proyecto Regional de Educación Popular y Comunicación en la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES). Después de la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (1990), pasó a trabajar en UNICEF-Nueva York como Asesora Principal de Educación y editora de UNICEF’s Education News (1991-1996). Fue Directora del Programa para América Latina y el Caribe en la Fundación W.K. Kellogg (1996-98), donde desarrolló la Iniciativa de Educación Básica “Comunidad de Aprendizaje”, que llevó y continuó en IIPE-Unesco Buenos Aires (1998-2000).

sábado, 3 de octubre de 2009

San Luis en las Evaluaciones Nacionales de Calidad Educativa (ONE 2007)

Las evaluaciones constituyen una herramienta fundamental para obtener mejoras, y esto es aplicable a todos los niveles, desde una evaluación a un alumno, hasta las que se abocan a los sistemas educativos, pasando por las que atañen a docentes, instituciones etc. Si bien muchas veces son utilizadas para acreditar, tal como obtener notas, pasar de año, graduarse, “bendecir” políticas educativas, distinguir instituciones educativas etc, la veta más importante es la que permite iluminar el camino para mejorar.

También podemos considerar que la Calidad Educativa es un camino, que siempre podemos mejorar. No es un lugar concreto donde tenemos que llegar, sino su búsqueda permanente, pero ¿Es posible hablar de calidad educativa, sin considerar la evaluación? La Evaluación en Educación se encuentra íntimamente ligada a la Calidad Educativa. No podemos ignorar la evaluación, y es más, debemos estimular una verdadera “Cultura de la Evaluación”.

El día que consigamos un uso adecuado de las evaluaciones, las habremos interpretado como un “instrumento para mejorar”, o sea, “un instrumento para la calidad educativa”. Ese día aparece como lejano, aunque en estas últimas dos décadas se registraron progresos como la formalización de un Sistema Nacional de Evaluación.

Las evaluaciones nacionales de calidad educativa (ONE), se llevaban a cabo en forma anual, aunque en los últimos años lo hacen en forma bianual, pero este año, 2009, no se llevarán a cabo por las dificultades generadas por la pandemia de gripe, y a partir de ahora se llevarán a cabo en forma trianual.

A nivel nacional, estas evaluaciones son de bajo impacto, ignoradas por la política. Tanto el oficialismo, como la oposición, no se hacen eco de sus conclusiones. Lo mismo sucede con los medios masivos de comunicación, las evaluaciones “no son noticias”. En las escuelas, las autoridades políticas no hacen circular la información. Por último, la sociedad toda no las pone en su agenda. Es posible encontrarse que en esa agenda figure el deporte y la televisión, pero no la distribución de los bienes culturales.

Inserta en este panorama, me voy a referir al Operativo Nacional de Evaluación del 2007 (ONE 2007), cuyos resultados se publicaron en marzo del 2009, y particularmente a la actuación de la provincia de San Luis.

En toda evaluación podemos hacer referencia a comparaciones entre los evaluados, en ese caso tendremos una “Evaluación por comparación”, o bien hacer abstracción de esto, y fijar criterios o normas de evaluación, y tendremos una “Evaluación por normas”. En los primeros años de las evaluaciones nacionales, los esfuerzos se centraron en compar los sistemas educativos provinciales, que culminaba con la publicación de “rankings de provincias”, En las últimas evaluaciones, los reportes se centraron en criterios, establecendo tres niveles, “bajo”, “medio” y “alto”, con las características que reúnen cada uno de ellos.

Observemos el criterio usados para establecer niveles de rendimiento “Alto” para Lengua del 6to año, finalización de la escuela secundaria:

Nivel Alto
Características generales del nivel
Los alumnos de este nivel son capaces de leer comprensivamente narraciones que presentan recursos específicamente literarios en la focalización narrativa, el tratamiento de los personajes, la construcción de verosimilitud y las figuras utilizadas.
Comprenden la finalidad, punto de vista y estructura de textos argumentativos con un grado medio de abstracción.

Ejemplos de desempeños específicos
En textos narrativos literarios:
  • Infieren características de personajes que son sugeridas en la narración.
  • Identifican elementos irónicos.
  • Identifica indicios o pistas en un relato fantástico.
  • Reconoce recursos literarios como la personificación.
En textos argumentativos:
  • Extraen información explícita compleja que se presenta en el texto como objeción parcial.
  • Reconoce el tema de un texto argumentativo como tesis.
  • Identifican estrategias argumentativas como causa efecto, ampliaciones.
  • Interpretan el punto de vista del autor de un texto argumentativo.

De la misma manera para el nivel “Alto” de Matemática para el sexto año de la escuela secundaria:

Nivel Alto
Características generales del nivel
Alcanzan un cierto grado de generalización y un mayor nivel de formalización.
Resuelven problemas complejos con datos no explícitos, que requieren inferir datos y relaciones, que demandan establecer una secuencia de pasos para su resolución y recurrir a los conocimientos matemáticos del nivel.

Ejemplos de desempeños específicos
  • Relacionan y combinan información aportada por dos gráficos. Resuelven problemas de probabilidad que preguntan por el estado inicial.
  • Reconocen un número irracional en su expresión numérica
  • Resuelven problemas que para su solución necesitan relaciones trigonométricas

De acuerdo con lo visto, cabe aclarar que un nivel “Alto” no significa una excelencia educativa, sino simplemente el logro de objetivos que deberían ser alcanzado por todos

Asimismo se caracterizan los niveles “medio” y “bajo”. Este esquema se repite en las otras asignaturas, como Matemática, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, y en todos los años (tercero y sexto grado de la primaria, y tercero y sexto año de la secundaria).

Resultados de San Luis en las Evaluaciones Nacionales de Calidad Educativa
En las primeras evaluaciones nacionales, cuando se explicitaba el “ranking de provincias”, San Luis se encontraba generalmente ubicado ligeramente debajo de la media (metafóricamente, de la posición uno a diez, estaba en la sexta).

La ONE 2007, no publica “ranking de provincias”. Para simplificar el informe, tomaré los resultados de Lengua y Matemática, que se dan en los cuatro niveles evaluados, y son los más representativos en cuanto a los esfuerzos curriculares puestos en juego.

En todos los casos me refiero al porcentaje de alumnos que alcanzan el nivel “Alto”.

Tercer grado escuela primaria
Lengua: Total nacional 39,6%; San Luis 42,4% (un 107% del nivel nacional)
Matemática: Total nacional 25,1: San Luis 27,4% (un 109% del nivel nacional)

Sexto grado escuela primaria
Lengua: Total nacional 23,2%; San Luis 20,6% (un 89% del nivel nacional)
Matemática: Total nacional 26,4; San Luis 28,7% (un 109% del nivel nacional)

Tercer año escuela secundaria
Lengua: Total nacional 17,1; San Luis 14,5% (un 85% del nivel nacional)
Matemática: Total nacional 10,3: San Luis 6% (un 58% del nivel nacional)

Sexto año escuela secundaria
Lengua: Total nacional 20,2%; San Luis 12,8% (un 63% del nivel nacional)
Matemática: Total nacional 18,5: San Luis 10,8% (un 58% del nivel nacional)

Como conclusión de los datos precedentes, me limito a la comparación entre los niveles alcanzados por la provincia, con el total del país, y en eso, resulta evidente que:
• En general, el nivel provincial sigue estando ligeramente debajo de la media nacional.
• El nivel provincial es decreciente, según avanzan la edad de los alumnos, lo que resulta claramente preocupante.
• Es tremendamente bajo el porcentaje de alumnos que alcanzan el nivel “Alto”, al finalizar el ciclo secundario. No se trata de un nivel de excelencia, sino más bien un piso que debería ser alcanzado por la mayoría.

En síntesis, es evidente que no se está usando a la evaluación como una herramienta para la calidad educativa, se ignoran los resultados porque no se buscan cambios, a pesar de que la ONE 2007 nos muestra una realidad muy dura.
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