¿Cómo
debe actuar el docente? Mucho es lo que puede reflexionar, pero ante todo debe
verse a si mismo, como integrante de un cuerpo colegialido, y como un
profesional capaz de investigar su entorno. Las siguientes opiniones,
formuladas en el ámbito argentino hacen su aporte a la discusión.
«La docencia en el secundario, en general, hoy es una segunda opción
laboral. La mayoría de los profesores está formada en la universidad, muy pocos
provienen de institutos de docencia. Esto tiene mucho que ver con lo que pasa
en el mercado laboral. Por ejemplo, cuando llegamos a los puntos más altos de
desocupación, muchos profesionales volvieron a las escuelas, porque si bien no
ganaban allí un salario de lujo, se aseguraban un sueldo y una cobertura
social. Ahora, apenas empezó a moverse de nuevo el mercado laboral, se fueron
del sistema educativo. Si bien el salario docente de hoy podría competir con
muchos sueldos de sectores públicos y privados, hay que estar dentro de una
escuela secundaria, sobre todo si la matriz de la institución es conflictiva.
Es un laburo muy exigente, donde es necesario poner mucho de lo personal, mucho
compromiso. Te tiene que gustar la docencia y hay muchos profesores que están
agobiados.» (María Rosa Almandoz)
«Hay un desencuentro entre el adolescente y el adulto. Uno dice que
los chicos no tienen interés en nada, y los alumnos acusan al profesor de que
no enseña nada. La autoridad no entiende el porqué de la transgresión y no
acepta que es una forma lógica del funcionamiento adolescente. No entienden la
subjetividad de los chicos y creen que el chico viene con la cabeza vacía, y
que el docente, que lo sabe todo, la llena. Estos chicos hoy traen infinidad de
conocimientos, y en determinadas técnicas son superiores a las que tiene el
profesor. Hay docentes que se escandalizan por palabras, por gestos, por
algunas acciones y el mecanismo que utilizan es la sanción. Una parejita
se está besando, entonces ambos son sancionados. Antes, esas cosas no se
exhibían, ahora sí. Pero he visto programas a las cuatro de la tarde que hasta
a un adulto lo harían sonrojar. Entonces, el adulto termina exigiéndole al
adolescente actitudes y acciones que él no cumple.» (Abraham Gak)
“La mirada de los docentes está puesta más en cuestiones del
disciplinamiento, en el desafío a la autoridad, que en la enseñanza.”
(Southwell)
«Me parece que habrá un cambio fuerte en el lugar del docente. Va a
dejar de ser un transmisor para ser alguien que facilita la búsqueda de
información. Hoy el docente está más preocupado por la disciplina que por la enseñanza,
posiblemente por una desvalorización de lo que enseña: ¿qué valor tiene lo que
transmite si no tiene nada que ver con la cultura del chico? Las
investigaciones muestran cierta ruptura del vinculo docente-alumno. En las
escuelas de reingreso hicimos una investigación; les preguntábamos a los chicos
porque asistían, y ellos decían: “Acá, si no entiendo, me vuelven a explicar
por tercera, cuarta vez. En las otras escuelas no pasaba; si no entendía, me
embromaba”. Y cuando hablábamos con los docentes, parecía que habían recuperado
cierta mística de la
enseñanza. Como asociaban su tarea a la militancia,
rescataban su función de enseñar a chicos vulnerables, ayudar, en algunos casos
civilizar, acompañar. Hoy no alcanza con pensar en mejorar las condiciones
laborales de los docentes –y hay que mejorarlas–; tampoco alcanza con decir que
los docentes tienen que saber más de su disciplina o mejores métodos, sino que
hay que recuperar el valor del esfuerzo de enseñar, que se ha ido perdiendo.
¿Por qué falta el docente al trabajo? Por que está insatisfecho, harto, porque
no logra engancharse con él.» (Guillermina Tiramonti)
«El cambio de la secundaria se va a lograr con mucha paciencia y mucho
tiempo. Podés cambiar rápidamente los papeles, los documentos, los contenidos,
pero la práctica tiene que ver con culturas institucionales y de formación
docente, y eso es mucho más complicado de modificar. Quien cree que porque está
en el gobierno puede cambiar las cosas de un día para el otro, está equivocado.
Yo puedo cambiar el plan de estudios, pero el docente enseña lo que sabe. Si
cambio el plan y no los saberes del docente, va a cambiar lo que escribe en el
libro de temas, pero no lo que enseña en el aula. O si no, pasará lo que
ocurría al principio del constructivismo, que algunos querían enseñar lo que no
sabían y terminaban no enseñando nada, ni lo tradicional ni lo moderno. Hoy
tenemos docentes formados hace treinta años; si hacemos cambios en su
formación, se van a notar recién, como mínimo, en una década. Estamos en un
momento en el que ha habido una mejora del salario docente y esto le permite a
la sociedad exigir más. Hay que cumplir el estatuto docente, que dice que todos
los años los directivos de las escuelas califican a los profesores. Sucede que
no tenemos una cultura de la evaluación, que fue pensada para evitar que el
docente se anquilose, que por tener estabilidad nunca vaya a dar clase. Yo
defiendo la idea de un docente profesional, no un técnico. El técnico aplica
una tecnología, el profesional crea saber, tiene que investigar. Si hay un
docente que en diez aulas distintas repite la misma lección, no importa qué
chicos sean, estoy frente a un técnico. Hay que volver a profesionalizarlo,
tengo que pagarle como un profesional y sus responsabilidades comenzarán a ser
distintas. Si mejora las condiciones de trabajo, la capacitación, si se
jerarquiza socialmente, la sociedad podrá exigirle más y evaluarlo.» (Daniel
Filmus)
«Me resulta preocupante que cuando debatís con docentes sobre cuáles
son los problemas de la escuela, lo que aparece es que los chicos van con
celular, que usan gorras en la clase, que las familias demandan mucho, pero se
habla muy poco de que no les gusta leer a Cortázar o que en biología hay que
modernizar la
aparatología. La mirada está más puesta en cuestiones del
disciplinamiento, en el desafío a la autoridad, que en la enseñanza.» (Myriam
Southwell)
«Habría que mirar una dimensión poco discutida que es la que se
refiere a los mecanismos de formación docente para la escuela media. ¿Qué
incluye su currículum formativo que les permita hacer frente a este desafío?
Todos hemos conocido profesores innovadores, pero hay que reconocer que lo son
a pesar de su formación. El problema educativo está lejos de ser sólo
presupuestario, así como en un mercado de trabajo con alta informalidad es
difícil penar por las “condiciones laborales precarias de los profesores”,
cuando terminan siendo uno de los sectores más protegidos en relación con otras
inserciones laborales. Creo que la pregunta central es cómo se transmite a los
profesores la convicción de la centralidad del saber como herramienta para el
acceso a la ciudadanía y al bienestar. Si ellos no están convencidos de esto,
difícilmente puedan transmitirlo y mejorar el nivel.» (María del Carmen Feijoó)
Extraído de
Investigar el secundarioCuaderno de discusión Nro 1
El Dilema del Secundario
UNIPE
Editorial Universitaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario