martes, 29 de mayo de 2012

La enseñanza de los buenos modales para los Reglamentos de Convivencia

En una investigación sobre los “Reglamentos de convivencia” elaborados en escuelas argentinas, sale a luz diversos aspectos interesantes, en este caso sobre “los buenos modales” ¿Qué reglas se pueden observar al respecto?




         Al analizar las normas concretas, encontramos que muchas de ellas buscan con vehemencia el disciplinamiento de los buenos modales, en tanto proceso civilizatorio, diría Norbert Elías (1993), de estos sujetos a los que consideran salvajes e incivilizados.

En algunos casos aparece la prohibición de escupir, comer y beber en clase; la prohibición del uso de un lenguaje grosero; la aclaración sobre la necesidad de no arrojar basura fuera del basurero; la prohibición de salivar en las paredes o el piso o de realizar actos indecorosos que afecten a la dignidad y a la moral. En nuestro análisis hallamos este tipo de normas en cuatro reglamentos que pertenecen a colegios que atienden a sectores populares.

En el imaginario de quienes produjeron estas normas parecería gobernar la idea de que la población que asiste a estas escuelas –quizás por su condición socioeconómica– necesitaría un estilo de regulación de mayor precisión sobre ciertos modales y conductas, asociando pobreza con incivilidad, con falta de modales. El sentido estigmatizante de estas pautas es aún más vehemente porque suelen presentarse en conjunto, intentando dar un marco amplio de pautas de conducta.

         Este tipo de normas dan cuenta de una cierta mirada sobre los jóvenes a los que atiende la escuela en tanto sujetos bárbaros sin ningún tipo de pauta incorporada que permita relacionarse con otros, donde se teme por el tipo de vínculo que pueda generarse. Entonces, a veces, la escuela se ve a sí misma como la responsable de brindarle a estos jóvenes aquello que les “falta” y que no tienen y no reciben en sus hogares: hábitos, normas, afecto. Unificando también estas regulaciones en un único universo de lo posible, únicas maneras de comportamiento. Por otra parte, estos hijos de los salvajes son muchas veces objetos de prácticas expulsivas por parte de los adultos de la escuela, que no pueden instaurar nuevos órdenes normativos (Dussel, 2005).







Extraído de
¿Qué se regula hoy en las escuelas?
Una mirada sobre las prescripciones de los reglamentos de convivencia
LUCÍA LITICHEVER
Área de Educación, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Sede Argentina
En Revista Iberoamericana de Educación n.º 59/1 – 15/05/12
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI-CAEU)




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