Entre las
normas que se estipulan en los reglamentos, un grupo de ellas buscan regular
las relaciones al interior del espacio escolar. Estas normas están destinadas a
fomentar relaciones respetuosas en la escuela y a evitar los conflictos. Una
mirada sobre las mismas nos permite distinguir estilos diferentes en las
instituciones en relación a esta cuestión. Estos estilos dan cuenta del tipo de
clima que parece posible alcanzar y las concepciones en juego acerca de los
vínculos inter e intra generacionales.
En algunas instituciones la demanda de respeto, por ejemplo,
es hacia todos, hacia la
Comunidad Educativa en general y aquí pueden leerse intentos
de horizontalización del respeto. De esta manera, algunas instituciones promueven
relaciones basadas en lo que podemos denominar un respeto bidireccional, es
decir que no sólo se espera que los estudiantes sean los que respeten sino que
este pedido de respeto es para todos los actores educativos como un patrón vincular. Además, el
diálogo y la reflexión son los canales que se fomentan para entablar las
relaciones y los mecanismos privilegiados de resolución de los conflictos.
Pero en otros
casos, el trato respetuoso parece delinear determinadas jerarquías (se demanda
más respeto hacia los superiores que hacia los pares) lo que se plasma en el
tipo de sanción que correspondería ante la falta de respeto, dependiendo de si
se dirige hacia un docente o hacia un estudiante, estableciéndose cierta
gradación de sanciones: Comportarse atendiendo a las distancias que se deben aguardar
con respecto a las personas que por edad y experiencia lo merecen; Respetar sus
superiores y a todo miembro de la comunidad educativa, dentro y fuera del
establecimiento.
La lectura
de estas normas nos lleva a preguntarnos por el significado del respeto que
aparece como regulador de las relaciones en el espacio escolar y como el
término que mide la buena o mala conducta en la mayoría de las normas: se
solicita el respeto de los símbolos patrios, de los horarios, de las instalaciones,
etc., etc. Pero posiblemente el significado de esta noción no sea el mismo en
todas las instituciones y para las distintas pautas de conducta. En cierta
forma, parece haber un cierto abuso de la cuestión, se solicita respetar,
tratar con respeto, cumplir respetuosamente, ser respetuosos, que de tanto uso pareciera
perder su significado, su especificidad. Este uso reiterado del término genera,
de alguna manera, una pérdida de sentido, volviendo al respeto una cuestión
abstracta e inalcanzable. Por otra parte, ¿a qué se apela con el respeto en
cada situación? En ocasiones parece leerse como lo opuesto a una situación conflictiva
o como la antítesis de la
agresión. Entonces , el respeto brindaría la armonía y la
cordialidad.
Extraído de
¿Qué se regula hoy en las escuelas?Una mirada sobre las prescripciones de los reglamentos de convivencia
LUCÍA LITICHEVER
Área de Educación, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Sede Argentina
En
Revista Iberoamericana de Educación
n.º 59/1 – 15/05/12
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
Publicaciones recomendadas
Cultura
del esfuerzoIdeología y poder
Influencia de la televisión
No hay comentarios:
Publicar un comentario