“La virtualidad, en sentido estricto, no es un
mundo
falso o
imaginario… es la propia dinámica del mundo
común,
aquello por lo que compartimos una
realidad”
Lévy P.Lévy, ¿Qué es lo virtual? Paidós,
Barcelona,
1999, p.132
En el campo educativo, el
desarrollo de los entornos virtuales incide y potencia significativamente los procesos
de enseñanza-aprendizaje. Esa potenciación en gran medida depende del
compromiso, de la concepción y de la implicación de cada sujeto en el uso de
las herramientas tecnológicas, no es una cuestión de generación, es ante todo
una cuestión de actitud y de la necesidad actual en conocer, profundizar y
explorar las potencialidades de la virtualidad ante el avance de las
tecnologías de la información y la comunicación.
Desde la perspectiva la tarea
de los profesores debe transcender la mera transmisión de conocimientos y
dirigirse a examinar y propiciar un abordaje crítico y reflexivo sobre el cómo
y para qué hacemos uso de las tecnologías. Pues, las características
interactivas, la flexibilidad, la desterritorrialización, las potencialidades
que ofrecen para lograr una comunicación eficiente y efectiva entre los agentes
del proceso educativo y las posibilidades para coadyuvar en los procesos de
autoformación y del trabajo colaborativo y cooperativo, son elementos que
contribuyen a transformar las relaciones, los roles y los procesos típicos
desarrollados en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
En consecuencia, en la tarea de
construir progresivamente la autonomía en el proceso de aprendizaje articulando
los entornos virtuales es fundamental que el estudiante aprenda a planificar,
regular y evaluar su propio proceso de aprendizaje y, si bien la autoformación
del estudiante es un proceso interior que debe elegir y seguir el propio
individuo, existen estrategias que pueden utilizar profesores y alumnos para
mejorar la propia capacidad, con respecto a maximizar la autodirección y a la
autogestión del aprendizaje. Un reto, precisamente, se encuentra en que los
usuarios de las tecnologías (profesores y estudiantes) asuman una visión de
trabajo colaborativo y cooperativo en las actividades cognitivas de alto nivel
–sin perder tiempo en actividades mecánicas– mediante un compromiso mental de
carácter metacognitivo, es decir, trabajar y apoyar a otros con estrategias que
nos ayuden a planificar, organizar y evaluar el propio proceso de aprendizaje.
Por: Jenyree Alvarez /
Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/
Si quieres conocer más sobre el
tema lee el artículo completo en:
file:///C:/Users/eduvolucion/Downloads/autoformacionyvirt.pdf
Fuente artículo: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/2093
No hay comentarios:
Publicar un comentario