Algunos investigadores han llamado la atención sobre el rol
que como terceros asumen los estudiantes en las situaciones de agresión, que se
dan en su entorno escolar: asistente, reforzador, testigo o defensor. El
asistente es el niño, niña o adolescente que participa directamente en la
agresión, pero asume un rol secundario al agresor; el reforzador no participa
directamente, pero ánima a que la agresión continúe; el testigo participa
observando la situación; y el defensor actúa directamente, para frenar la
situación de agresión, emprendiendo algún tipo de comportamiento de ayuda no agresivo.
Es decir, solo los niños o adolescentes que actúan como defensores, muestran
actitudes constructivas y un comportamiento moral adecuado.
Es necesario que el maestro propicie que sus estudiantes
identifiquen el rol que asumen en una situación de agresión, y que evalúen
hasta dónde lo que ellos hacen en esas situaciones ayuda a que la situación se
detenga, continúe o sea cada vez más grave. Esta identificación siempre debe ir
acompañada de reflexión acerca de los principios y valores morales que están
implicados en el papel que se asume en situaciones de maltrato hacia otros;
también pueden analizarse estas situaciones teniendo en cuenta el ejercicio de
los derechos humanos como una guía fundamental de comportamiento hacia los
demás. Los estudiantes también deben identificar muchas alternativas de cómo
pueden actuar como defensores sin arriesgar su propia integridad.
Extraído de
Sentimientos y actitudes en la escuelaGloria I. Rodríguez
En
EDUCACIÓN, VALORES Y CIUDADANÍA
Bernardo Toro y Alicia Tallone
Coordinadores
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